AGRO 2.0

Gratamente sorprendido me ha dejado la lectura del “Mercado de la Zabila (Aloe Vera L.) en el Estado de Falcón” oportuno y bien logrado documento de los doctores Piña-Zambrano y Chirino sobre la zábila en el Estado de Falcón, Venezuela; (En Colombia Sábila con s) y “cae como anillo al dedo” con la venia de sus autores, para comparativamente radiografiar la situación de este cultivo en nuestro país, en donde después de un par de años de venir siendo apoyado desde el MADR, han ido aumentando las expectativas de las diversas regiones, que desde el ámbito privado o asociativo han venido participando con su algo o casi nada experiencia sobre el particular; con el emprendimiento de iniciativas que hoy por hoy muestran algunos resultados en implementaciones individuales, pero que mayormente no dejan ver aun resultados sobre el propósito por lo que se ha creído en este subsector de las PMAC, y en donde aun; desde lo reglamentario, no se ha podido definir una organización de cadena o modelo gerencial alguno; por razones que son precisamente las de este marco analógico que intentaré lograr de la mejor forma con este ejercicio.

Y antes que nada; ubicarnos dentro de las proporciones, ya que es conocido por los miembros que integramos dicha organización gremial; que el cultivo de la sábila en Colombia solo llega a estado de insipiente como organización, si de cifras en el mundo nos fijamos con sus 400 o algo mas de ha., sembradas; que para el caso especifico de nuestra comparación, representa solo el 10% de la producción del Estado de Falcón, (en Colombia un Departamento) que alcanza mas de 4.200 Ha., en su territorio; denominado CIRCUITO ZABILA (ALOE VERA L); cifra lejana aun según las pretensiones de la Secretaria Técnica en su documento en el que expresa las posibilidades de llegar a sembrar 10.000 Ha., dentro de la “Visión Colombia 2019”; razón de peso de la exigencia del mencionado PLAN NACIONAL POR REGIONES.

Confieso que aspiro a que este deje de ser un interés personal y lo que me propongo es lograr integrar un liderazgo que pueda ser transmitido en aras a consolidar organizaciones en red; especialmente desde el territorio en la dimensión que se precise y de la recepción del mensaje que participemos bajo en criterio de una retroalimentación tacita en lo que se haga necesario. Eso que puede sonar complejo no es más que aprender, cambiar y aceptar para practicar, las nuevas herramientas que la ciencia de las comunicaciones pone a nuestra disposición y del territorio del orbe. Por ello, es básico ponernos de acuerdo en lo “fundamental” y lo fundamental es la comprensión del funcionamiento del circuito o cadena productiva; para aprovechar el valor agregado que este cultivo proporciona siempre y cuando demos por hecho, que sin su industrialización – y aquí es sumamente importante proporcionarnos, dimensionarnos – no tendremos alguna posibilidad de ser un sector de la producción agroindustrial utilitario de las ventajas comparativas y competitivas con las que contamos las varias regiones del país.

La intención básica que me propongo es insistir en la promoción y entendimiento de la importancia de lo que significa UN PLAN NACIONAL POR REGIONES en el sentido que hemos venido expresado; y para ser prácticos y aprovechando en el buen sentido de la palabra el documento de los doctores Piña y Chirino; lo primero que invito a ver son los tres esquemas básicos sobre las estructuras de distribución de bienes primarios (acíbar y pasta), bienes finales (hojas en fresco y Gel) y estructura del Gel de Aloe (Geles y bienes finales) en el circuito de Falcón que los autores presentan, para que luego una vez comprendido lo que estos esquemas significan; los veamos desde las conclusiones a las que llegaron para soportar su estrategia de mercado y su organización.
Concluyen;
1) No existe un producto que identifique el circuito, (ENTIÉNDASE EN LA CADENA PRODUCTIVA). IGUAL AQUÍ.
2) Las procesadoras que están por instalarse en Falcón, se orientan en su totalidad a bienes intermedios (EN COLOMBIA SOLO SE SABE DE UN PAR DE PROCESADORAS INDUSTRIALES EN CONSTRUCCIÓN Y MONTAJE; AUN NO FUNCIONAN, SE SUPONE PARA LA PRODUCCIÓN DE GEL)
3) Los bienes intermedios (pasta) o finales (jabones, por ejemplo) no cumplen los estándares requeridos por la mayoría de los consumidores y para su entrada en nichos importantes de mercado. (PODRÍAMOS AFIRMAR LO MISMO CON LAS EXCEPCIONES A LUGAR Y SEGURAMENTE SIN LA EXPLOTACIÓN DE LA PASTA)
4) los actores del circuito (a excepción de algunos privados), desconocen a ciencia cierta y realmente, el mercado de la zábila en todos sus segmentos y en su comportamiento, (NADA QUE AGREGAR)
5) no existe por parte de los actores, una visión conjunta estratégica de hacia adonde debe dirigirse el circuito. ESTE ES EL PUNTO MÁS IMPORTANTE Y DONDE SE COINCIDE EN UNA CARENCIA VITAL.

No hace falta mucho pensar, para llegar a conclusiones mirando cada una de nuestras regiones y el desarrollo que tenemos cada cual y cada quien; pero volviendo a los autores y su visión de Mercado y Territorio, nuevamente nos acercamos a necesidades que bien podrían repetirse a lo largo de todo Latinoamérica, hasta lo ahora conocido desde los grupos de Anaprosar, la pagina Web de la Cadena Nacional y esta plataforma de AGRO 2.0, escenario ineludible para sumar posibilidades de éxito en nuestra ruta critica de los conceptos: oferta, demanda, precio y distribución de los productos.

A diferencia que en Venezuela, en donde el cultivo y sus agroindustria se ha visto beneficiado de algunos programas que en el orden financiero, tecnológico y de capacitación ha emprendido el gobierno; en Colombia aun no logramos concretar la facilitación que este agente nos puede permitir una vez lo decida y del que ya se insiste en obtener respuestas concretas; por otra parte, como allá, este es un cultivo que no forma parte de la dieta diaria del consumidor.

Por esa razón y otras conexas coincidimos y creemos en que una de las causas por lo que la actual situación del cultivo se encuentre así; es que, esta agroindustria, a decir de los autores “…no debe verse solamente como un hecho aislado y desencajado de su contexto original, sino que por el contrario debe ser el resultado de la integración armónica, organizada y sistemática de un mercado con claras y atractivas potencialidades de ser abordado, así como considerarla dentro de un plan estratégico de desarrollo territorial rural de una porción geográfica sobre la cual se asientan factores claves para iniciar ese desarrollo territorial”. He propuesto revisar un par de modelos, y si bien hoy por hoy la planeación estratégica esta out, a decir de los expertos, propuestas como la de las RAET o Redes agro empresariales y territorio; son opciones que deben ineludiblemente ser escuchadas, aceptadas y desarrolladas; “…para identificar, seleccionar y cuantificar nichos específicos de mercado a abordar; definir un producto a mercadear; diseñar y aplicar una estrategia de posicionamiento y finalmente, diseñar y aplicar un programa de monitoreo y ajuste del plan implementado”.

Si bien para Falcón los autores concluyen orientar el circuito zábila hacia la generación de bienes finales como estrategia para su consolidación, acercando al productor con el consumidor final, aprovechando la infraestructura y las inversiones en las plantas procesadoras y refinadoras de aloína que el gobierno hace, en donde la producción se centraría en la producción de una línea de cosméticos (jabón, champú y loción) y contando con el apoyo de los centros de investigación y desarrollo del Estado, la estrategia correspondería al aprovechamiento integral de las plantas procesadoras que constituirían uno de los eslabones para el suministro de la materia prima necesaria para la elaboración de los bienes finales tanto al nivel local como nacional por las industrias especializadas, así como segmento de mercado de los laboratorios farmacéuticos y médicos del país, los cuales están requiriendo de significativos volúmenes de insumos de primera calidad (Piña et al., 2005). Tal como se observa, la propuesta se centra básicamente en el mercado interno y el mercado externo se abordaría en el mediano plazo, una vez posicionado los productos en el mercado interno; hacia la COMUNIDAD ANDINA DE NACIONES y (o) a MERCOSUR. Destacan el hecho de que estos nichos de mercado deben cuantificarse y sincerarse plenamente, para poder planificar sobre la base de información confiable y veraz

Así las cosas, insto a los PRODUCTORES DE SABILA DE COLOMBIA a creer y a apoyar en el verdadero sentido de una estrategia de asociatividad y de encadenamiento con verdaderos procesos de aseguramiento de calidad, innovación, agregación de valor, amistad con el ambiente, y que lo hagamos a través del uso del conocimiento como medio para lograr niveles que diferencien la competencia; lo que ineludiblemente nos vuelve a llevar a la concepción de un plan, con programas y proyectos específicos.

Nuestra aspiración, tal vez muy ambiciosa, es que con esta propuesta se genere el valor agregado que por el momento ha sido bajo en sectores pujantes, muy seguramente por los modelos de desarrollo adoptados que no han generado los incentivos necesarios para que se aprovechen ventajas comparativas para “crear” productos competitivos, orientados a responder a las oportunidades y a las necesidades del mercado.
No hace falta indagar mucho sobre la demanda a futuro que este cultivo y lo que su agroindustria, significan para la humanidad para aprovechar oportunidades comerciales entre otras con productos industriales como los denominados nutracéuticos – aminoácidos, vitaminas, digestivos y agentes preventivos -. Se trata de busca generar valor económico y social, mediante el uso sostenible de los recursos biológicos incorporando innovación tecnológica”.

No en vano insisto en el diseño y construcción para operación de nuevos espacios productivos, más allá de los parques industriales o de la remodelación de zonas industriales en los cascos urbanos. El desarrollo de la ingeniería de procesos colombiana tiene una oportunidad de mostrarle al mundo sus capacidades y nosotros desde nuestro modesto sitial, hacer que esta gestión sea fructífera. De allí en adelante, es claro que la perspectiva de participación de la producción primaria de este subsector y conexos abre su compás de oportunidades y será la creatividad de sus actores la que le aumente valor desde el campo.

Invito, a los líderes de las diferentes regiones del país, a que generemos una propuesta nacional coherente e inmersa en los instrumentos que la hoy desconectada triada nos facilite. Es cuestión de conveniencia mutua, pero debemos labrar este espacio, ganárnoslo para de verdad ser protagonistas de un suceso importante inclusive, desde la seguridad alimentaria.

Seria muy positivo retroalimentación sobre este tema y mas importante aun, realizaciones y muestras concretas sobre el particular. Nuestro momento es siempre. Termino con una frase alentadora de alguien para mi desconocido, pero que me parece oportuna para el momento, Rachel Naomi Remen: “Aquello que verdaderamente nos educa, también nos cura”.

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Comentario por Leon Jaime Restrepo Mejia el julio 15, 2008 a las 5:28am
Con el animo de que los lectores no se sientan sorprendidos en su anhelo de comprender a fondo el sentido del discurso, me tomo la libertad de anexar el documento original del cual se toman las bases de este análisis, obviamente todas las interpretaciones que de alguna manera sean suscitadas, son valiosas, ya que responden a realidades, en medios geográficos y condiciones económico sociales y de mercado, diferentes, que pueden plasmar la diferencia en la interpretación, acercando la verdad de una prospectiva que se construye a la par con el cultivo e industrializacion de la Zabila.

zabila en falcon.pdf

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