AGRO 2.0


- Temperatura: Los rendimientos máximos se obtienen en un rango de temperatura entre 25-29º C, siempre que haya humedad disponible suficiente en el periodo de crecimiento. Aunque puede tolerar el rango 16-38º C. Por debajo de los 16º C el crecimiento se detiene. Por este motivo en los climas tropicales-húmedos se alcanzan altas productividades, mientras que en otras regiones subtropicales, al descender de los 16º C se paraliza el crecimiento. Conforme la temperatura disminuye el desarrollo del área foliar se hace más lento, y el tamaño de las hojas más pequeño.

- Luminosidad y fotoperiodo: La yuca crece y florece bien en condiciones de plena luz, siendo un factor importante de cara al rendimiento de la planta. La longitud del día afecta a varios procesos fisiológicos de la planta. Es una planta típica de fotoperiodo corto: 10-12 horas de luz, propio de las regiones tropicales.

- Suelo: No es un cultivo exigente en cuanto a suelo, se da desde suelos muy pobres en elementos nutritivos hasta en aquellos con una alta fertilidad. Preferiblemente los suelos han de tener un pH ligeramente ácido, entre 6 y 7, con una cierta cantidad de materia orgánica y han se ser sueltos, porosos y friables, evitando suelos con excesos de agua o desérticos.

Es conveniente controlar la erosión de los suelos arenosos de sabana expuestos a erosión eólica, en los que debe realizarse el cultivo en franjas alternadas con pastos naturales o artificial.

 

CULTIVO

 

PREPARACIÓN DE LA TIERRA

Se realizarán dos pases de rastra pesada, en cruz y un pase de rastra ligera, en suelos de sabana, cubiertos de pastos naturales, francos o franco arenosos. En suelos de pHácido, por debajo de 5, tras la labor anterior se aplicará 1 tm de cal viva por hectárea. Si se aplica carbonato de calcio, no se podrá realizar la plantación hasta 1-2 meses después. En suelos francos o franco-arcilloso-limosos o ácidos, se llevará a cabo un pase de arado integral o de tiro, seguido del encalado y de dos rastreos livianos, o como alternativa, dos pases de rastra pesada seguidos de dos pases de rastra liviana.

PLANTACIÓN

Se recomienda realizar la plantación al comienzo de la estación de lluvias. En aquellas zonas en las que llueve durante todo el año, se podrá planificar la plantación de acuerdo a las demandas del mercado o las necesidades de la industria.

Si el cultivo de la yuca es industrial es preferible hacerlo en caballones. Dulong apunta tres diseños de plantación:

- En platabandas convexas, de dimensiones 1,60 x 1,80 m de ancho sobre las que se plantan dos hileras de yuca. Cuando la precipitación anual supera los 1.300 mm.
- En caballones (camellones), a una distancia de 0,80 m, en suelos poco profundos o cuando hay riesgo de humedad permanente.
- En suelos planos, para suelos poco profundos y de estructura pobre. Es el más rápido y económico.

Tras varios estudios en los que se evaluaba la orientación y el tamaño de la estaca, a sí como su profundidad en el rendimiento del cultivo, parece ser que el sistema más indicado sería el de orientación horizontal y con estacas de unos 15 cm y colocadas a una profundidad de 5-6 cm. Así se permite la mecanización de la plantación.

MARCOS DE PLANTACIÓN

Para la producción de raíces reservantes para la industria se recomienda utilizar marcos 1,20 x 1,00 m2, (8.300 plantas por hectárea), ó 1,20 x 0,80 m2 (10.375 plantas / hectárea). Mientras que para la producción semimecanizada para casabe y almidón el marco será de 1,00 x 0,80 m2 (12.509 plantas / hectárea).

LIMPIAS Y ESCARDAS

Se llevarán a cabo las limpias cuando las plantas tengan entre 20-30 cm, siendo recomendable una segunda labor a los dos meses. En el caso que haya asociación de cultivos, se reducirán estas labores, y en el caso que sean leguminosas no se realizarán.

APORCADO

Se lleva a cabo a los 2 - 3 meses de vegetación, en aquellos cultivos que no están mecanizados. Con esto se consigue que las raíces reservantes se pueden desarrollar bien, y se evita la acción perniciosa de los rayos solares, así como el ataque de roedores u otros animales.

RIEGO

Sena y Campos realizaron estudios acerca de las exigencias hídricas de la yuca en Brasil, con una precipitación anual de 1.196 mm y una temperatura media de 24,4º C. Sometieron el cultivo a tres frecuencias de riego diferentes: cada 10, 14 y 18 días, más un testigo sin riego. Se observó como el máximo rendimiento se obtuvo regando cada 14 días, seguido de cada 10 y por último cada 18. Las parcelas que no se regaron obtuvieron sólo el 20% de la producción correspondiente a las regadas cada 14 días. A pesar de ser un cultivo de secano, la yuca no produce económicamente en condiciones de deficiencia de humedad, aunque las plantas crezcan y puedan dar algo de producción.

 MALAS HIERBAS

Con una buena rotación de cultivos y una adecuada preparación de los suelos, se consigue una baja frecuencia de malas hierbas. Es importante controlarlas al comienzo del desarrollo de la yuca, puesto que al coincidir con el periodo de lluvias, se evita que las semillas de las malezas germinen.

El uso de herbicidas preemergentes resulta bastante eficiente, especialmente en cultivo en caballones, colocando las estacas en forma horizontal.

Las malas hierbas más comunes en las regiones tropicales y subtropicales de América con su nombre científico y común son: Cyperus rotundus o corocillo o coquito, Eleusine indica o guarataro o pata de gallina, Echinochloa sp, arrocillo o paja americana, Sorghum halepense, sorgo de halepo o millo, Setaria geniculata, limpia botella o gusanillo,Cenchrus brownei o cadillo, Axonopus compresus o paja peluda, Ipomea spp, batatilla o camotillo, Amaranthus sp, pira o bledo, Portulaca oleracea o verdolaga y Sclerocarpus coffeacolus o flor amarilla o buba amarilla.

 Cyperus rotundus

 Eleusine indica

 Cenchrus brownei

ABONO

El exceso de nitrógeno disminuye el contenidoalmidón y aumenta las sustancias proteicas de las raíces reservantes, lo cual influye en la producción de harinas integrales de yuca para alimentación animal, pero no para la producción de almidones para uso industrial. Los abonos nitrogenados minerales pueden ser nítricos(nitrato potásico y nitrato amónico) o amoniacales. En general se prefiere estos últimos al nítrico. Para evitar la lixiviación, el nitrógeno se aplica en dos veces: en el momento de la plantación y a los 2-3 meses de cultivo, siendo en esta última más recomendable la urea, aplicada vía foliar. Los abonos nitrogenados orgánicos son: abonos verdes, los estiércoles y los restos vegetales. La concentración de N2 de distintos fertilizantes nitrogenados es: Sulfato amónico 20,5%, Nitrato amónico 33,5 %, Urea 42 - 46 %, y Amoniaco anhidro 82,0%. Todos en estado sólido, salvo el último que es en estado gaseoso.

El fósforo se utiliza en el proceso de fosforilación, mediante el cual se sintetiza el almidón. Los síntomas de la deficiencia de fósforo son enanismo y un color de las hojas verde oscuro. Es preferible aplicar fosfatos de calcio insolubles, en vez de superfosfatos triples en cultivos de ciclo de 16-24 meses. La concentración de P2O5 de distintos fertilizantes fosfatados es: Superfosfato triple 44 - 48 %, Superfosfato simple 16 - 20 %, Harina de huesos 23 - 25 %. En estado sólido.

El potasio influye en el rendimiento de las raíces reservantes y en el contenido en materia seca total. La deficiencia de este elemento provoca una coloración bronceada en las hojas con posterior quemadura de los bordes. Algunos autores lo han calificado como el principal elemento en el abonado. La concentración de K2O de distintos fertilizantes potásicos es: Sulfato potásico 48 - 50 %, Cloruro potásico 45 %, Nitrato potásico 44 %. En estado sólido.

Algunos autores sostienen que el abonamiento en yuca es una técnica necesaria para la obtención de buenas cosechas, ya que esta planta responde muy bien a la fertilización, llegándose en muchos casos a obtener hasta más del doble de los rendimientos promedios registrados actualmente. En tal sentido es recomendable aplicar al suelo ciertas dosis de fertilizantes, con el objeto de compensar estas pérdidas y restablecer el nivel nutricional adecuado para un buen desarrollo vegetativo.

Se ha podido notar que, por tradición, la mayor parte de los productores de yuca no acostumbran fertilizar o si lo hacen, no aplican abono al momento de establecer la plantación, sino dos o tres meses después de la siembra. Esto ocasiona una disminución en la eficiencia del aprovechamiento del fertilizante por la planta.

En aquellas regiones yuqueras del país, que poseen suelos de baja fertilidad nativa, como es el caso de los llanos orientales, éste es, sin lugar a dudas, uno de los factores responsables de los bajos rendimientos de raíces.

Algunas de las principales razones por las cuales no se ha popularizado la práctica de fertilización entre los productores de yuca, son las siguientes:

1. El método más común de fertilizar la yuca es el manual, aplicando el abono directamente a cada planta. Esta forma es muy costosa, agotadora, lenta y además impráctica. Por otra parte, en muchas zonas es difícil encontrar mano de obra suficiente y en el momento oportuno.

2. En el mercado de algunos países no se consigue el equipo adecuado para mecanizar la operación de siembra y abonamiento, tal como se realiza en los cultivos de maíz, sorgo, caraota, etc.

3. La carencia de recursos para la adquisición de fertilizantes a tiempo y en cantidad suficiente.

4. Falta de convencimiento y confiabilidad por parte de muchos productores de los efectos benéficos que proporciona el uso de fertilizantes para aumentar la productividad en yuca.

 

En virtud de los anteriores señalamientos, ha sido necesario estudiar alternativas que permitan llevar al productor soluciones viables donde se consideren los recursos existentes en las zonas de producción y la capacidad del productor para utílizarlos. De allí surgió la idea de efectuar la labor de fertilización en plantaciones de yuca, empleando sembradoras-abonadoras de granos, muy comunes en aquellas zonas del país productoras de cereales y oleaginosas. De las pruebas realizadas, se pudo comprobar que con este equipo es posible realizar las siguientes operaciones:

a) Marcar el terreno, delinear los hilos de siembra y colocar el fertilizante por debajo de la posición que ocupará la semilla, en forma simultánea.

b) Facilita la siembra manual, puesto que la máquina deja un pequeño surco, donde se puede plantar la estaca a una distancia de 10 a 15 cm, del sitio donde fue colocado el fertilizante.

Mediante la adopción de esta metodología se puede facilitar la siembra, mejorar la eficiencia de fertilización y simultáneamente, ahorrar tiempo y disminuir considerablemente los costos por concepto de mano de obra.

 El exceso de nitrógeno disminuye el contenidoalmidón y aumenta las sustancias proteicas de las raíces reservantes, lo cual influye en la producción de harinas integrales de yuca para alimentación animal, pero no para la producción de almidones para uso industrial. Los abonos nitrogenados minerales pueden ser nítricos(nitrato potásico y nitrato amónico) o amoniacales. En general se prefiere estos últimos al nítrico. Para evitar la lixiviación, el nitrógeno se aplica en dos veces: en el momento de la plantación y a los 2-3 meses de cultivo, siendo en esta última más recomendable la urea, aplicada vía foliar. Los abonos nitrogenados orgánicos son: abonos verdes, los estiércoles y los restos vegetales. La concentración de N2 de distintos fertilizantes nitrogenados es: Sulfato amónico 20,5%, Nitrato amónico 33,5 %, Urea 42 - 46 %, y Amoniaco anhidro 82,0%. Todos en estado sólido, salvo el último que es en estado gaseoso.

El fósforo se utiliza en el proceso de fosforilación, mediante el cual se sintetiza el almidón. Los síntomas de la deficiencia de fósforo son enanismo y un color de las hojas verde oscuro. Es preferible aplicar fosfatos de calcio insolubles, en vez de superfosfatos triples en cultivos de ciclo de 16-24 meses. La concentración de P2O5 de distintos fertilizantes fosfatados es: Superfosfato triple 44 - 48 %, Superfosfato simple 16 - 20 %, Harina de huesos 23 - 25 %. En estado sólido.

El potasio influye en el rendimiento de las raíces reservantes y en el contenido en materia seca total. La deficiencia de este elemento provoca una coloración bronceada en las hojas con posterior quemadura de los bordes. Algunos autores lo han calificado como el principal elemento en el abonado. La concentración de K2O de distintos fertilizantes potásicos es: Sulfato potásico 48 - 50 %, Cloruro potásico 45 %, Nitrato potásico 44 %. En estado sólido.

Algunos autores sostienen que el abonamiento en yuca es una técnica necesaria para la obtención de buenas cosechas, ya que esta planta responde muy bien a la fertilización, llegándose en muchos casos a obtener hasta más del doble de los rendimientos promedios registrados actualmente. En tal sentido es recomendable aplicar al suelo ciertas dosis de fertilizantes, con el objeto de compensar estas pérdidas y restablecer el nivel nutricional adecuado para un buen desarrollo vegetativo.

Se ha podido notar que, por tradición, la mayor parte de los productores de yuca no acostumbran fertilizar o si lo hacen, no aplican abono al momento de establecer la plantación, sino dos o tres meses después de la siembra. Esto ocasiona una disminución en la eficiencia del aprovechamiento del fertilizante por la planta.

En aquellas regiones yuqueras del país, que poseen suelos de baja fertilidad nativa, como es el caso de los llanos orientales, éste es, sin lugar a dudas, uno de los factores responsables de los bajos rendimientos de raíces.

Algunas de las principales razones por las cuales no se ha popularizado la práctica de fertilización entre los productores de yuca, son las siguientes:

1. El método más común de fertilizar la yuca es el manual, aplicando el abono directamente a cada planta. Esta forma es muy costosa, agotadora, lenta y además impráctica. Por otra parte, en muchas zonas es difícil encontrar mano de obra suficiente y en el momento oportuno.

2. En el mercado de algunos países no se consigue el equipo adecuado para mecanizar la operación de siembra y abonamiento, tal como se realiza en los cultivos de maíz, sorgo, caraota, etc.

3. La carencia de recursos para la adquisición de fertilizantes a tiempo y en cantidad suficiente.

4. Falta de convencimiento y confiabilidad por parte de muchos productores de los efectos benéficos que proporciona el uso de fertilizantes para aumentar la productividad en yuca.

 

En virtud de los anteriores señalamientos, ha sido necesario estudiar alternativas que permitan llevar al productor soluciones viables donde se consideren los recursos existentes en las zonas de producción y la capacidad del productor para utílizarlos. De allí surgió la idea de efectuar la labor de fertilización en plantaciones de yuca, empleando sembradoras-abonadoras de granos, muy comunes en aquellas zonas del país productoras de cereales y oleaginosas. De las pruebas realizadas, se pudo comprobar que con este equipo es posible realizar las siguientes operaciones:

a) Marcar el terreno, delinear los hilos de siembra y colocar el fertilizante por debajo de la posición que ocupará la semilla, en forma simultánea.

b) Facilita la siembra manual, puesto que la máquina deja un pequeño surco, donde se puede plantar la estaca a una distancia de 10 a 15 cm, del sitio donde fue colocado el fertilizante.

Mediante la adopción de esta metodología se puede facilitar la siembra, mejorar la eficiencia de fertilización y simultáneamente, ahorrar tiempo y disminuir considerablemente los costos por concepto de mano de obra.

 

Esquema de la ubicación que recibirá la "semilla" de yuca una vez aplicado el fertilizante con la sembradora-abonadora de granos. En el surco "A". el esqueje se ha plantado manualmente en posición horizontal y en el "B" en posición inclinada.

Fuente: Infoagro y FONAIAP DIVULGA

 

 

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