AGRO 2.0

La ovinocultura es una actividad que ha estado vigente en el sector agropecuario en Colombia y se ha mantenido tradicionalmente gracias a que la oveja es una especie que responde en producción aceptable, teniendo en cuenta que su manejo se ha mantenido con poco o ningún nivel de tecnificación.

Las explotaciones ovinas en su mayoría han prevalecido bajo un sistema de producción extensiva, en el cual los animales permanecen juntos en rebaños todo el año, restringiendo su manejo a recoger los animales para protegerlos de robos y ataques de otros animales y al sacrificio eventual para comercio local.

Otras explotaciones tienen como principal producto la lana, dejando la carne en segundo lugar. Como resultado de este deficiente manejo se puede observar un grave problema de consanguinidad en los rebaños, notoria disminución de la producción de carne, pérdida de material genético valioso, sacrificio de hembras aptas para reproducción y aspectos de mercado completamente desenfocados de la realidad actual. Gracias al interés que ha despertado la especie, la perspectiva de negocio y al impulso de varias organizaciones en mejorar eficientemente la ovinocultura orientada hacia la producción de carne, se puede afirmar que esta actividad será sin duda una de las de mayor desarrollo y generará fuentes de recursos y permanencia en el campo, constituyéndose como una de las especies con mayor futuro para el sector pecuario en Colombia.

MITOS ACERCA DE LA PRODUCCION

Históricamente la oveja ha acompañado al pequeño productor en Colombia, situación que le ha favorecido porque es una fuente de ingresos y alimento a su familia. A pesar de ello, en ciertos sectores goza de mala reputación debido al mal manejo que ha recibido y al desconocimiento de la especie. En algunos casos se ha asegurado que la oveja desgasta los suelos haciéndolos infértiles, debido principalmente al mecanismo de captura de alimento y a la baja ividad de fuentes de comida. Es obvio que cualquier especie que sobrepastorea un terreno lo desgasta, pero esto no debe atribuirse a la especie sino a quien las mantiene, ya que los errores en el sistema de rotación de potreros no le permite la recuperación apropiada al pasto y el animal pastorea bajo hasta arrancar las raíces si no encuentra mas fuentes en mejor estado. Otra creencia común es pensar que las ovejas de lana son de clima frío exclusivamente para producción de lana y las ovejas de pelo son de clima caliente y son las únicas productoras de carne (se cree a veces que no son ovejas). Existen ovejas que aunque tengan lana en sus cuerpos son excelentes productoras de carne, como por ejemplo las conocidas razas de origen inglés de cara negra Hampshire down y Suffolk otras de aptitud mixta (también productoras de lana) como Cheviot, Black face y Mora colombiana. Estas razas, aunque tienen un buen desempeño en clima frío, no son exclusivamente de climas fríos: diversos estudios han demostrado su eficiencia en climas cálidos (incluso hasta pierden la lana), lo que debe romper la barrera en la limitación de su utilización. Para el caso contrario, son varias granjas que han llevado sus ejemplares africanos a tierras fríos, los cuales han demostrado excelentes resultados en cuanto a producción de carne (incluso les sale lana). Esto demuestra la increíble adaptación de la especie, lo que amplia la perspectiva de su implementación en casi cualquier región de nuestro país. Por otro lado, suele confundirse a la cabra y la oveja, llegando a pensar a veces que son la misma especie y se pueden cruzar entre sí (entrevistas personales). Una de las principales causas es el término equivocado con el que nos dirigimos a ellas el nombre más común es “chivo” y muchas veces se usa en ovejas y cabras al mismo tiempo, siendo completamente erróneo cuando se refiere a ovejas. Otros nombres equivocados no dan claridad sobre la especie y se presta a confusiones. Cabe aclarar que son especies completamente diferentes y tienen características propias que nos permitan diferenciarlas.

SITUACIÓN ACTUAL

La orientación hacia la producción de carne motivada por académicos, profesionales del agro y productores que se han dado cuenta de los alcances que esta actividad representa, y el cambio de actitud sobre la utilidad de la oveja en Colombia, son quizás el avance más significativo hacia el mejoramiento de la ovinocultura en nuestro país. Como resultado, se han dado acciones importantes que han dado vida y representatividad, por lo que ahora se ha prestado mayor importancia y muchos productores ven en esta actividad una alternativa rentable y con futuro. La labor más destacada de estos últimos años ha sido la importación de ejemplares provenientes de México en el año 2004. Para muchas granjas ha sido el oxígeno que necesitaba el desgaste genético que venía sufriendo el plantel reproductor en las Granjas, cuyos animales eran resultado de una mezcla indeterminada que escasamente podía mantener una producción de carne. Ya se ven los primeros cruces de estas razas importadas con ejemplares criollos, muchos de ellos listos para ser diseminados en otras granjas. Ahora las recientes importaciones de Chile nos dan otras alternativas de excelentes animales, por lo que ya podemos contar con genética canadiense y sudafricana. Los esfuerzos de ganaderos particulares ya es importante, ya que contamos ya con descendientes de animales importados y animales “tipo” o criollos, con excelentes resultados en cuanto a conformación cárnica. Sin embargo, no están fortalecidas las organizaciones, los productores y los programas a los cuales deben someterse este tipo de actividades. Actualmente los proyectos ovinos se encuentran en pleno desarrollo y no se conoce un inventario actual de ovinos en Colombia. Las asociaciones no poseen un número importante de productores que hayan unificado sus criterios de producción los productores normalmente están solos y no buscan apoyo. El mercado no está regularizado, la variación de precios es muy alta y los compradores adquieren cualquier producto sin tener en cuenta la calidad. Los precios de venta en pie son bajos por el poco peso de los animales y la baja calidad ofrecida. La carne que se consume actualmente es de animal adulto y se vende regularmente en asaderos locales. En otros mercados mas especializados, son pocos los productores que han logrado mantener un abastecimiento constante, por lo que disminuyen sus inventarios para cumplir la demanda. La carne ovina siempre ha tenido una demanda alta, pero no ha logrado posicionarse en mercados que son exigentes y requieren constancia en el abastecimiento, como restaurantes de cocina internacional, cadenas de supermercados y otros mercados estratégicos que hasta ahora están siendo abordados. Se conocen datos sobre las exportaciones aunque la oferta no sea siempre la misma, en cuanto que los animales no provienen de lotes homogéneos. La información en ovinos es escasa, desactualizada y muy general. Normalmente los productores recurren a publicaciones hechas en otros países, información en Internet o prácticas antiguas y obsoletas. Los productores que han tenido esta actividad como tradición, normalmente no publican resultados y la mayoría de la información se pierde o no es recolectada. No hay muchos profesionales del agro especializados en ovinos ya que la mayoría está dedicado a otras especies domésticas igualmente no son muchos los productores que acuden a profesionales especializados en ovinos que hagan el manejo y control en sus granjas, lo que para algunos se considera innecesario. Se destacan los recientes eventos y actividades que han llevado a cabo algunos profesionales y entidades enfocados a mejorar el desempeño reproductivo de la especie. El manejo de los ovinos no es muy conocido, por lo que son animales que en su mayoría se mantienen en rebaños juntos todo el año en un sistema extensivo, en general no se realizan prácticas rutinarias ni se someten a control y manejo. Muchas veces se aplican formas de manejo adaptadas de otras especies como el ganado de carne. Esto excluye la iniciativa de los profesionales que han motivado sus esfuerzos hacia esta especie, en un término general no superior a 10 años. Aparentemente puede verse como una situación desfavorable, pero en realidad se requiere organización y dedicación para superar algunas situaciones actuales y potencializar el mercado. El primer paso para mejorar la situación actual es la unificación de los productores, lo que a futuro va a fortalecer la actividad en si, lo que significa más apoyo, vinculación y motivación de más productores, calidad en los productos y mejores mercados. Cabe destacar los trabajos que se vienen realizando en Santander, Atlántico, Antioquia, Cundinamarca, Boyacá, Sucre y Córdoba y Valle del Cauca, en busca de fortalecer las agremiaciones de productores y mejorar los parámetros productivos y reproductivos de la especie.

VENTAJAS DE LA PRODUCCION OVINA

El reciente auge que ha tenido la especie ovina en Colombia se debe principalmente a que estamos mirando la especie como productora de carne, situación que hasta hace unos años tenia fuertemente posicionada la producción de lana y otros. Está demostrado que la carne debe ocupar el primer lugar dentro de los objetivos de la producción ovina, dejando la lana como una fuente adicional de ingresos al productor (en el caso de utilizar raza productoras de lana) esto sin olvidar que el mercado de las pieles es importante, ya que están bien cotizadas en el mercado interno. La primera consideración es que Colombia posee las condiciones físicas y medio ambientales favorables para establecer explotaciones ovinas a diferentes niveles de tecnificación. Es posible implementar una explotación con muchos recursos, técnicamente dotada y con los estándares más altos de producción y productividad, como también es posible implementar una pequeña cría con un pie parental pequeño con mínimos costos y utilizando recursos propios de la finca. Otra gran ventaja de las ovejas es su capacidad de producción y eficiencia sobre otras especies domésticas. Debido a su rápido crecimiento, ciclos cortos de desarrollo y su prolificidad, es posible producir más carne en una misma área y por espacios iguales de tiempo que el ganado vacuno, con la ventaja de recuperar en tiempo más corto la inversión por otra parte, no tiene la dificultad de la alimentación que es el cuello de botella de otras especies como el cerdo y el pollo, quienes deben alimentarse con fuentes costosas, lo que no sucede con las ovejas, que la base de la alimentación puede ser el pastoreo y subproductos de cultivos u otras industrias. Para implementar un proyecto de ovejas se requiere ser recursivo en conseguir elementos de bajo costo y que sean de buena calidad, teniendo en cuenta que también deben tener las instalaciones mínimas. Para la operación de la granja no se requiere mucho personal ni que sea altamente calificado, mas bien mano de obra entrenada para labores de rutina con una capacitación básica.

CLAVES PARA EL ÉXITO DE UNA EXPLOTACION OVINA

Asociatividad. La ovinocultura requiere el apoyo de muchos productores vinculados a una organización que los represente y que coordine algunos programas que van a garantizar el éxito de quienes se involucran. Es muy difícil que un solo productor tenga acceso a un buen canal de comercialización mercado cuando no trabaja asociado, ya que normalmente la demanda supera lo que un productor pueda abastecer y obliga al productor a sacrificar vientres o desistir en el abastecimiento a un cliente. El mismo caso ocurre cuando se busca el suministro de insumos específicos para ovinos que no existen o son muy escasos, a precios elevados. Igualmente para reemplazo de reproductores, que se debe dar bajo la coordinación de una organización siguiendo un programa de registros. La Asociación de Criadores de Ganado Ovino de Colombia ASOVINOS ha querido contribuir al fortalecimiento del sector, organizando y guiando a los productores en sus procesos de implementación y mejora de las Granjas. Objetivos precisos. Antes de establecer un proyecto con ovinos es indispensable determinar exactamente cuales son los objetivos y qué va a producir en la Granja de esta manera se sabe si ésta abastecerá el mercado con reproductores puros, cruces mejorantes, animales para sacrificio, o una mezcla de ambos. Según esta clasificación se orienta un programa de manejo específico dentro de la Granja y se trabaja coordinadamente con otras, que en el caso de la ovinocultura, se requieren de las tres categorías para que funcione. Mejoramiento. Se requiere mejorar genéticamente los rebaños introduciendo razas nuevas productoras de carne. En caso de no utilizar razas puras, una alternativa es traer machos de otras granjas, previo análisis reproductivo, y hacer buen uso de este dentro de los programas de manejo y registro adecuados. El mejoramiento significa también establecer un punto de partida en el cual se toman unos datos de producción que se desean mejorar y trabajar en torno a ellos. Rebaño. Se debe olvidar la idea de mantener menos de 15 a 20 hembras para que se pueda pensar en un negocio sostenible, porque no compensan el manejo y la inversión que este requiere. Hay que tener en cuenta al pequeño productor quien por tradición posee rebaños pequeños, pero a medida que se fijan objetivos claros, se debe ampliar el número de animales para que realmente se configure como una actividad agropecuaria. Calendario. El establecimiento de un calendario ovino permite planificar ordenadamente las actividades de una granja logrando una mayor productividad y eficiencia. Este calendario debe incluir las actividades de manejo que requieren los ovinos como montas, lactancia, destete, épocas de monta, etc. Registros. Herramienta básica que sirve al productor para manejo, control y seguimiento de prácticas dentro de una granja de la misma forma refleja el estado real de una granja y muestra los aspectos en los que un productor puede mejorar progresivamente. Se deben llevar registros dentro de la Granja y llevar un registro de los reproductores en una Asociación. Manejo. Como cualquier especie, requiere establecer un programa de manejo, lo cual significa dar un tratamiento a los animales según el estado reproductivo en que se encuentren de la misma manera establecer un sistema de rotación de potreros si la base alimenticia son pastos, o hacer uso racional de otras fuentes alimenticias. Muchos de estos criterios no han sido tenidos en cuenta y han ocasionado los graves problemas que padece hoy la ovinocultura en Colombia. Para evitar que esta situación se repita, se debe motivar y promover estas ideas entre los productores que desean llevar esta actividad adelante.

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