AGRO 2.0

AGRO20: Una guía para el cultivo de jardines con plantas nativas (autóctonas)

Los beneficios ambientales, económicos y estéticos de cultivar jardines con plantas nativas.

Las plantas nativas de Norteamérica están desapareciendo a una velocidad alarmante debido a la actividad del hombre, como el desarrollo urbano, la agroindustria y la aplicación de sustancias químicas. Durante las últimas décadas, la pérdida de comunidades de plantas nativas en el centro de Texas ha ocasionado la pérdida del hábitat silvestre, la erosión, la reducción de la diversidad genética necesaria para un ecosistema equilibrado y una falta de conexión de las personas con la tierra.

Estos problemas se agravan cuando las plantas nativas se sustituyen por especies no nativas para su cultivo en paisajes. El uso continuo de un colorido limitado de plantas no nativas fáciles de conseguir por todos los EE.UU. produjo paisajes homogenizados susceptibles a las plagas y a las enfermedades. Con frecuencia las especies no nativas requieren grandes cantidades de agua, fertilizante y herbicidas para su mantenimiento y las que escapan el cultivo y se convierten en mala hierba agresiva entran muchas veces en competencia de recursos con las plantas nativas.

A la vez que es importante preservar macizos naturales de plantas nativas, usted puede ayudar a restablecer las comunidades de plantas nativas en su jardín y en su comunidad seleccionando plantas nativas para su paisaje. Sin importar la magnitud del proyecto, usted puede ayudar a la conservación de agua y de otros recursos naturales a la vez que restituye y le da reconocimiento a un personaje regional de las colinas de Texas.

Un paisaje nativo ofrece mucho más que solo la oportunidad de ahorrar agua. Los paisajes nativos brindan hábitats para la vida silvestre y fomentan la presencia de insectos y microorganismos nativos que benefician a las plantas al ayudarlas a mantenerse sanas sin usar fertilizantes y pesticidas químicos. Su paisaje nativo será una entidad económica, ecológica y hermosa que le puede servir para reconectarlo con el mundo natural.

EVALUACIÓN, PLANEACIÓN Y DISEÑO DEL TERRENO

Usted puede incorporar plantas nativas en un jardín ya existente o puede empezar desde cero. Primero, deberá evaluar las condiciones ambientales de su propiedad (con sombra o con luz, desagüe adecuado 
o insuficiente, tipos de tierra, riego, etc.), efectuar el inventario de las plantas nativas existentes y establecer las necesidades de su jardín tomando en cuenta cómo lo utiliza. Los resultados bien valen la pena el tiempo que invierta para analizar y armonizar las especies con las condiciones del terreno y sus preferencias personales.

 

Trabaje en el diseño de su paisaje natural imitando asociaciones que se encuentren en comunidades específicas de plantas (una pradera, zonas pantanosas o bien una ladera boscosa). Visite áreas naturales en su localidad para que pueda determinar cuáles especies pueden darse bien en su propiedad. Si observa las plantas nativas en sus ambientes naturales podrá aprender más sobre sus requerimientos culturales y sus hábitos de crecimiento. Si duplica en su casa lo que observa en la naturaleza, va a lograr acomodar adecuadamente las plantas nativas en su jardín. Tome nota del tamaño máximo de la planta y la secuencia de floración cuando ésta ocurra, como a la orilla de un bosque o en una pradera abierta. Dedique tiempo a aprender acerca de las plantas nativas que predominan en su área.

Su plan no tiene que ser complicado y se puede instalar en fases a medida que el dinero y el tiempo se lo permitan. En caso de que requiera ayuda, puede contratar a un diseñador profesional de paisajes o a un arquitecto paisajista con experiencia en plantas nativas.

PREPARACIÓN DEL SUELO

Primero deberá evaluar cuánta hierba mala tiene y determinar un método de control. Alterar el suelo, de hecho, puede crear más problemas de los que soluciona porque las semillas, raíces y rizomas de las hierbas se encuentran latentes en el subsuelo, listas para retoñar después de la labranza. Si el sitio no tiene demasiadas hierbas, recibe una cantidad apropiada de sol y usted va a sembrar flores silvestres intercaladas con la vegetación existente, entonces el proceso es relativamente fácil. Corte la vegetación de hierbas a una altura de 6-8 pulgadas y recoja las matas con el rastrillo, abriendo algunas áreas libres para permitir que las semillas entren en contacto con el suelo.

Si usted tiene maleza pero prefiere no labrar o deshierbar a mano, puede destruirla empapándola con agua y cubriéndola con plástico transparente durante varios meses—este proceso se conoce como solarización. La solarización funciona mejor a pleno sol porque generalmente crea temperaturas suficientemente altas para destruir el banco de semillas de maleza si se realiza durante un periodo de tiempo suficientemente prolongado. Asegúrese de usar plástico transparente, ya que el plástico negro solo ocasiona que las plantas no deseadas queden latentes y listas para retoñar.

Si decide labrar primero, asegúrese de no hacerlo a más de una o dos pulgadas de profundidad para impedir el resurgimiento y germinación de las semillas de maleza. O podría realizar dos o más aplicaciones de un herbicida no residual, post emergente para eliminar la vegetación existente. Antes de aplicar el herbicida, riegue el sitio durante una semana o dos para estimular la germinación de la maleza. Deje que crezcan las plántulas durante una o dos semanas y aplique el herbicida. Repita este proceso una vez más para garantizar una capa de semillas limpia. Asegúrese de manejar con precaución todos los herbicidas, lea cuidadosamente las etiquetas y si está cerca de agua superficial, elija el herbicida apropiado. En cuanto esté usted seguro que la maleza esté bajo control puede usted plantar sus semillas de flores silvestres y pasto nativo.

Si tiene una parcela de hierbas persistentes (grama Johnson, hierba Bermuda, cebolleta, etc.), es posible que requiera un año o más para destruirlas todas, aunque la extinción total puede no ser práctica si el sitio está extremadamente degradado o si es muy grande. Es posible que desee emplear un proceso de solarización modificado donde utilice un herbicida en vez de riego y después lo cubra con plástico transparente. Eliminar la maleza lo más posible antes de plantar es más fácil y menos caro que tratar de controlarla en un sitio ya sembrado.

Cuando se seleccionan bien las plantas para un sitio no se debería necesitar corregir el suelo. Si se eliminó la capa superficial original de tierra, puede utilizar algunos correctivos como ayuda. La tierra importada puede crear nuevas condiciones cuando se combina con tierras nativas. La tierra vegetal preparada y disponible en los centros de jardinería y en los patios sucios generalmente es demasiado rica en materia orgánica para las plantas nativas. Si usted puede especificar su propia mezcla de tierra, pida que le agreguen menos guano y materia orgánica. Inclusive mejor—solicite que le ayuden a simular su tierra nativa lo mejor posible. Tome en consideración que algunos constructores dejan “suelo franco”— conocido por los jardineros de plantas nativas como “Muerte roja”— que en realidad se excavó de fosos profundos y no tiene elementos nutritivos o vida orgánica. Si este es el caso, podrá necesitar quitar el suelo franco y empezar desde cero. La tierra debidamente preparada ayuda a conservar el agua porque la absorbe y la retiene más eficientemente y drena mejor. Los suelos saludables mantienen plantas saludables que pueden resistir mejor las plagas y las enfermedades.

Cuando sea posible, prepare sus camas dos o tres meses antes de plantar para que la tierra se asiente. Muchas flores silvestres requieren tierra con buen drenaje, de modo que puede necesitar suplementar la tierra preparada con arena, grava u otro material que la afloje y permita un buen drenaje. Algunas especies de flores silvestres requieren tierra húmeda; agregue agua y grandes cantidades de hojas descompuestas o composta para adecuarse a dichas necesidades.

SELECCIÓN DE PLANTAS Y SIEMBRA

Elija las especies basándose en las condiciones de suelo, luz y agua de su sitio y para el tamaño, forma, textura y color que desee lograr. Para un paisaje más natural, exitoso y de fácil mantenimiento, necesitará especies que crezcan juntas de manera natural. La disponibilidad comercial de especies de plantas nativas en viveros locales determinará en última instancia cuáles plantas deberá usar en su paisaje. A medida que aumente la demanda para plantas nativas, la industria de viveros responderá y empezará a ofrecer más especies nativas en mayores cantidades. ¡Siga solicitando en sus viveros locales sus plantas nativas!

Si usted tiene un espacio grande y soleado y está interesado en plantar flores silvestres en semilla, consulte el sitio Cómo cultivar jardines en praderas. En ocasiones es preferible trabajar con plantas en vez de semillas para alcanzar más rápido los objetivos que busca en su paisaje. Las plantas nativas vienen en muchos tamaños desde paquetes de plantas establecidas hasta recipientes grandes. Elija plantas que tengan buena estructura de ramas y que se vean saludables. No deje las plantas en su automóvil y llévelas a casa tan pronto como sea posible colocándolas en la sombra hasta que las pueda plantar. La tierra y las raíces de las plantas en maceta se pueden secar muy fácilmente por lo que deberá tener cuidado de regarlas debidamente. Cuando esté listo para sembrar, excave los hoyos más grande que la bola de raíz de la planta. Para lograr una vista natural, evite plantar en hileras. Saque las plantas de sus macetas manipulando los lados de las macetas para aflojar la tierra de las raíces. Nunca jale los tallos de las plantas para sacarlas ya que esto puede dañarlas. Si la planta está compactada por la maceta, deberá cortar y esparcir algunas de las raíces. Rellene el hoyo con alguna tierra suelta, después coloque la planta para que la línea de tierra de la maceta esté nivelada con la del piso. Utilice la tierra restante para rellenar el hoyo.

Una capa de abono orgánico de cuatro a seis pulgadas de profundidad alrededor de los árboles y arbustos y una capa de una pulgada o menos para los perennes puede ayudar a controlar la maleza, reducir las fluctuaciones de temperatura, ayudar a retener la humedad y proporcionar una vista terminada al paisaje. En algunos casos (margaritones, azulejo, yucas, etc.) demasiada materia orgánica en la base de las plantas puede fomentar que se pudran y en dichos casos recomendamos el uso de abono orgánico mineral, como granito o caliza triturados. Los abonos orgánicos minerales pueden simular visualmente los paisajes típicos de gran parte de las colinas de Texas.

CONSERVAR SU PAISAJE


Todos los paisajes necesitan varios años para establecerse bien. El periodo crítico para regar y sembrar es dos a tres semanas después de sembrar—o más si la siembra se realiza en estaciones cálidas y secas—cuando las plantas de vivero están haciendo la transición para vivir en un paisaje. Su jardín necesitará mantenimiento mínimo una vez que esté establecido. Muchas prácticas de mantenimiento que se usan para las plantas tradicionales cultivadas también funcionan para las plantas nativas.

Dependiendo de la vista que esté intentando lograr, podrá necesitar podar las especies que crecen rápidamente o escardar las plantas no deseadas. Recortar los brotes de semillas y las puntas de las ramas fomenta abundancia y periodos más prolongados de floración para muchas perennes, aunque se puede sacrificar cierta producción de semillas. Le recomendamos buscar o preguntar acerca de las especies particulares que piense podar. Algunas flores silvestres y arbustos perennes responden bien a la poda intensa en el otoño o fines de invierno para eliminar los daños ocasionados por las heladas. Antes de segar o recolectar, deberá examinar las semillas para determinar su madurez después del tiempo de floración y asegurarse que hayan madurado las semillas de las flores silvestres. Dejar que se establezcan las semillas es más importante para que retoñen las anuales y no tanto para las perennes. La siega ayudará a dispersar las semillas en la misma ubicación. Si recoge sus semillas, deberá almacenarlas en un lugar oscuro, seco y fresco hasta el momento de plantarlas. Asegúrese de marcarlas cuando menos con el nombre de la especie y la fecha de recolección.

Las plantas nativas generalmente no requieren fertilizante. Muchas de ellas crecen con vigor en suelo pobre y aplicarles fertilizante podría quemarlas con el químico o estimular follaje frondoso o larguirucho y débil con pocas flores.

ALGUNAS ÚLTIMAS OBSERVACIONES

Establecer plantas nativas en su jardín o paisaje generalmente requiere tanto trabajo como establecer especies no nativas. Sin embargo, una vez que están establecidas sus plantas nativas, verá no solo ahorro en tiempo, energía y dinero, sino también un sentido estético del lugar que solo las plantas nativas pueden brindar. Por encima de todo, ¡diviértase!
Fuente: Wildflower.org

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