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Las nieblas y la humedad favorecen las plagas en la recta final del ciclo de cultivo del viñedo

El mildiu, el oidio y la botritis afectan, en diferentes grados, a los viñedos de las Rías Baixas. Las nieblas, la humedad y la posibilidad de que puedan producirse lluvias obliga a extremar la vigilancia y a mantener las parcelas bien protegidas mediante los correspondientes tratamientos fitosanitarios. El estado fenológico oscila entre "H", de granos tamaño guisante, y "L", cuando se produce el cierre de racimo, lo cual indica que la campaña se encuentra en su recta final.

Estas son las principales lecturas que pueden hacerse del estado actual del viñedo y las amenazas que pesan sobre él. Los viticultores deben permanecer especialmente atentos y utilizar fungicidas con cobre para los tratamientos que realicen hasta el final del cultivo.

A continuación se resumen los avisos fitosanitarios de la Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA), dependiente de la Diputación de Pontevedra, y de la plataforma de observación Viñas Atlánticas, en la que también participa en ente provincial:

Mildiu. El hecho de que la temperatura nocturna oscilara entre los 16 y 19 grados, que la humedad relativa se acercara al 100% y que se produjera humedad foliar favorece el desarrollo del mildiu, tanto en hoja como en racimo.

Ante la probabilidad de lluvia para días venideros es indispensable extremar la vigilancia. Sobre todo -aconsejan los técnicos- para "evitar la aparición del temido 'mildiu larvado', intensificando esa vigilancia en las fincas que estén a punto de finalizar el periodo de protección de la intervención anterior".

Lógicamente, "en el supuesto de encontrar nuevos síntomas se recomienda renovar los tratamientos, preferentemente con productos que tengan acción curativa", mientras que en aquellos que no se detecten síntomas "se puede esperar a cumplir los 12 o 14 días de margen para renovar los tratamientos".

Oidio. Este hongo se siente muy a gusto con condiciones meteorológicas como las registradas en los últimos días. Las nieblas y la nubosidad son su principal caldo de cultivo, de ahí que se produjera un incremento de su presencia tanto en brotes como en racimos. Los viticultores deben efectuar una minuciosa revisión de sus plantaciones para ver el estado de los racimos y tomar la decisión de aplicar nuevos tratamientos o esperar a que pase el periodo de protección del anterior.

Los técnicos de la EFA advierten de que "a pesar de que el racimo es receptivo al hongo hasta el envero, en el cierre del mismo se debe estar especialmente alerta y mantener muy bien protegida la uva". A esto añaden que "el azufre no se debe utilizar con temperaturas muy elevadas, pues en este caso se debe tratar con antioidios sistémicos, que son los más aconsejables en estos momentos".

Botritis. Los expertos en la materia argumentan que "ha habido en estos días un número relativamente elevado de horas con humedad foliar y temperaturas elevadas", siendo por tanto "unas condiciones favorables al hongo". No obstante, "las uvas muestran un muy buen estado sanitario general hasta este momento, lo que no favorece la instalación del hongo, por lo que únicamente se aconseja aplicar un tratamiento antibotrítico antes de que se generalice el cierre del racimo en variedades especialmente sensibles al hongo, mientras que en las demás no es necesario salvo que se produzcan precipitaciones que mantengan humedecida la vegetación durante más de 15 horas".

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