Nuevas tecnologías para el control biológico de las plagas se genera en el país

Producto de la investigación se abren nuevas opciones para enfrentar el control de plagas en los cultivos, introduciendo agentes microbiológicos los mismos que posibilitarán mejorar la calidad de vida de los productores, consumidores y la conservación del medio ambiente.
Los avances en este tema se dieron a conocer en un curso sobre agentes microbiológicos para el combate de las plagas, que se realizó en la Escuela Politécnica de Chimborazo, ESPOCH, como parte del cierre del Proyecto sobre “Uso de microorganismos benéficos para la agricultura”.
El trabajo de investigación se realizo en alianzas entre el Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias, INIAP, la Facultad de Recursos Naturales y el Gobierno de Nueva Zelanda.
Entre las investigaciones que se socializaron estuvo la realizada con el hongo Bauveria sp. que enferma al gusano blanco de la papa, especialmente al adulto, con resultados preliminares promisorios.
También se informó sobre los trabajos efectuados en el campo con el uso de microbios en el Manejo Integrado de Plagas en el Ecuador, que reducen significativamente el ataque de insectos.
Romeo Rodríguez, Rector de la ESPOCH, al inaugurar el curso enfatizó que con estas investigaciones se está dando respuestas a los requerimientos del Gobierno Nacional, pues la Universidad está generando investigación que van en beneficio del país y no solo en el ámbito agronómico, sino también en el de salud, ambiente y gestión.
Trevo Jackson, Coordinador Internacional del Proyecto de Nueva Zelanda señaló en su intervención, “que hay una creciente demanda en el mundo por alimentos libres de químicos así como de tecnología verde para su producción”.
“Se necesita continuar con las investigaciones en campo de los agricultores, para conocer sus necesidades y asegurarnos que los productos que se generan cumplan con las expectativas de los usuarios”, dijo Jackson.
La meta del uso de los agentes microbiológicos es desarrollar enemigos naturales de la plagas, adaptados a los diversos sistemas de producción existentes en el país, y que sean adoptados por el productor, según investigadores del INIAP.