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AGRO20 Uruguay: Apicultores harán demanda por fumigación que mató colmenas

Todavía no saben si la realizarán contra el Estado y/o contra la empresa

Algunos productores que integran la Sociedad Apícola Uruguaya (SAU), perjudicados por la mortandad de colmenas a consecuencia de una fumigación realizada en manzanos, plantearán una demanda procurando recuperar al menos en parte las pérdidas. Resta decidir si la harán contra la empresa granjera que hizo la aplicación y/o contra el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).

Ariel Martínez, directivo de la gremial apícola, informó que “sin tener en cuenta el lucro cesante, considerando que cada colmena tiene un costo de reposición de US$ 60, hablamos de  una pérdida cercana a US$ 200 mil”.

Esta adversidad se expuso ante la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca de la Cámara de Representantes donde a propósito de los daños se informó que uno de los productores antes de la intoxicación exportó 184 tambores a US$ 650 cada uno con miel de 734 colmenas (casi US$ 120.000), y luego perdió 1.000 colmenas en la fumigación realizada en octubre de 2012 en el paraje Arazatí, al sur de la ruta 1, a la altura del km 90, en San José.

Productores consultados ayer dijeron que la empresa que hizo la aplicación –Mi Granja SA– en una quinta con manzanos utilizó Metil Paration microencapsulado (Microcap). Fueron afectadas 2.350 colmenas de 12 apicultores en un radio de siete kilómetros. Varios perdieron la totalidad de las colmenas y así el único ingreso económico a la familia.

“El Ministerio no hizo nada, le puso paños fríos a esto, porque en realidad se actuó dentro de la legalidad, aunque existen huecos legales”, reflexionó Martínez, miembro además del Grupo Asesor en Materia de Fitosanitarios y Apicultura del MGAP.

En diciembre, algunos de los productores afectados fueron recibidos en el Parlamento. Allí dijeron que “la aspirina está autorizada, pero uno no se puede tomar una caja”, y que “hay condiciones específicas para dar el Microcap que no se respetaron. El producto está autorizado (aunque fue prohibido en EEUU), pero quien lo elabora dice que hay que echarlo en ciertas condiciones de clima, de humedad y de viento”.

La microcápsula “es una forma de presentación del producto que se adhiere por electromagnetismo a la piel del insecto que la toca. El insecto lo lleva al lugar de origen, es decir a una colmena, a un hormiguero o a otro, y a los pocos días se libera el producto. Eso es lo que hace que en caso de intoxicación con un microencapsulado de Metil Paration algunas abejas mueran en el campo y muchas otras lo lleven, por tener la misma granulometría que el polen, hacia la colmena. Allí el resto de la población ingiere el Metil Paration mezclado con los granos de polen y termina colapsando la unidad entera”, explicaron.

Los productores intentaron sin éxito que el MGAP habilite el fondo de de la granja para mitigar los daños, por lo que se decidió entablar una demanda, encargada al estudio Guyer & Regules.

Apicultores consultados ayer por El Observador confirmaron que esta situación no es nueva. Se ha dado en otras zonas del país. Si bien se cumplió con el aviso previo para que se retiren las colmenas, a veces para el apicultor no es sencillo hacerlo rápido y a veces mueven las colmenas y por efecto del viento el agroquímico deriva y el daño igual sucede.

Alvaro Guerrero, presidente de la Sociedad Apícola Uruguaya (SAU), lamentó que “no haya una mirada del gobierno jerarquizando a la apicultura, considerando la importancia que realmente tiene, tanto en divisas como a la hora de dar trabajo. No la pone en igual jerarquía que los demás rubros”.

El sector da trabajo a unas 8.000 personas y genera el ingreso de unos US$ 40 millones al año por las exportaciones, acotó.

“No hay duda que a la peste de la fruta la tenemos que combatir, pero uno de los lineamientos tendría que ser combatirla con el menor daño a los polenizadores (las abejas); si venís y por una falta de pauta del gobierno metés un órgano fosforado microencapsulado y matás todo lo que hay alrededor estamos en el horno”, indicó.

Guerrero comentó que el sector soporta un momento productivo adverso, “falló la cosecha de primavera dejando sin financiamiento a los productores”, aguardándose con expectativa la cosecha de miel de zonas con eucaliptus.

Con el acceso a los mercados algo trabado, el productor logra US$ 2,10 por kilo. Como cada colmena tiene un costo anual de mantenimiento en el campo de US$ 40 hay que producir 20 kilos para salvar ese costo. El promedio nacional está algo por encima, “pero eso no se consigue en todos lados”, concluyó el directivo.

Fuente: El Observador

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