AGRO 2.0

AGRO 2.0 Preocupa a Uruguay cambio en controles cárnicos en la UE

La falta de acuerdo entre los países de la Unión Europea sobre cómo deben ser los controles para detectar cepas de Escherichia Coli de baja peligrosidad en los embarques de carne, desvela a Uruguay y otros productores.
La aparición más frecuente de bacterias Escherichia Coli de baja peligrosidad no solo preocupa a Uruguay, Canadá, Australia, Brasil y otros países fuertes productores de carnes, también tiene en vilo a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), que a través de un grupo de expertos está tomando el tema como prioridad.
El grupo está conformado por especialistas de la OIE, del organismo de Naciones Unidas especializado en la alimentación (FAO), del Códex Alimentario y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y entre las prioridades está realizar este año nuevos estudios para disminuir futuros problemas que puedan llegar a trabar los mercados, cuando se detectan en los controles una partida contaminada.
Según dijo el expresidente de la OIE y experto que conforma el grupo de trabajo en representación de Uruguay, Carlos Correa “a nivel de campo se puede trabajar bastante para lograr una reducción del problema”.
Estas cepas de Escherichia Coli (E. Coli), conocidas como Steck, son las formadoras de las denominadas Shigatoxinas. Incluso, en Estados Unidos hay seis cepas que están clasificadas como patógenas y en los controles sanitarios que se hacen en Uruguay sobre la carne que se exporta a ese y otros mercados, son muy vigiladas.
En los últimos meses, la aparición de algunas cepas de E. Coli que no tienen nada que ver con las más patógenas en contenedores que entraron en puertos de la Unión Europea, generaron mucho nerviosismo en la industria cárnica uruguaya y en las autoridades. Primero se vieron en partidas de carne uruguaya que entraron hacia Holanda y los últimos casos se dieron con contenedores que llegaron a España.

¿Por qué se da el problema? Es que las autoridades de la Unión Europea cambiaron el sistema de muestreo y tampoco existe un acuerdo entre los países que conforman el bloque económico, porque algunas naciones importadoras aplican controles más estrictos y buscan otras cepas que a nivel de los exportadores no son consideradas tan perjudiciales. Pequeños accidentes a lo largo de la faena pueden contaminar el producto y generar un cierre de mercado.
La situación lleva a que “Uruguay esté ajustando sus controles internos”, pero a la vez, “es un tema que todos los países queremos que se trate con rigor científico a nivel de la Organización Mundial de Sanidad Animal”, explicó Francisco Muzio, director de los Servicios Ganaderos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.
“Los países de la Unión Europea están discutiendo internamente el tema”, aseguró el jerarca. Se manejan más de 200 cepas de Escherichia Coli con distintos grados de complejidad para la salud alimentaria y eso es lo que hace difícil poder controlarlas todas.
Mercado clave.
La falta de acuerdo sobre el grado de los controles que se da hoy en la Unión Europea preocupa mucho a Uruguay, no solo porque a los mercados del viejo continente van los cortes de mayor valor de la res -lomos, bife ancho, bife angosto y cuadriles-, sino también porque se está dando una exportación fuerte hacia ese mercado en este ejercicio, donde el volumen colocado creció.
Según los datos del Instituto Nacional de Carnes (INAC) se llevan colocados 25.546 toneladas de carne bovina peso carcasa contra las 25.504 toneladas peso carcasa que se enviaron al 1° de junio de 2012. Dentro de ese volumen hay un peso muy fuerte de la carne que va adentro del cupo de alta calidad, conocido como cuota 481, destinado a carne terminada a grano durante los últimos 100 días y perteneciente a novillos y vaquillonas menores de 30 meses que Uruguay certifica gracias a su trazabilidad obligatoria de todo el rodeo bovino.
“La meta de Uruguay es exportar en el año en el eje de las 400.000 toneladas peso canal y el nivel de faena está más alto este año (INAC estimaba un aumento de 5% y fue 12% más alto comparado con mayo de 2012). Históricamente, la Unión Europea representaba el 10% del total exportado hasta 2006, cuando Argentina cedió espacio como exportador mundial, luego trepó hasta el 20% y hoy, el mercado pasó a representar el 15% de las exportaciones de carnes uruguayas”, recordó Pablo Caputti, analista del INAC.
Para Caputti, “es muy bueno que Uruguay, con la crisis brutal que vive la Unión Europea, pueda volcar a ese mercado el 15% de los cortes de más valor que exporta. Es un test de fuerza impresionante, que demuestra una firmeza como cliente que llevó construir prácticamente 100 años”, destacó el analista.
Proyecto.
Mientras tanto, más allá de aumentar los controles que buscan residuos y bacterias en la carne que se exporta y en la que se vuelca al mercado interno, se están comenzando a dar pasos mayores. En ese sentido, el INAC y el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) están poniendo en marcha un innovador proyecto de irradiación de hamburguesas que también abarca el uso de la alta presión para controlar bacterias nocivas para la salud.
La iniciativa ya fue aprobada por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) para ser financiada.
“La finalidad es evaluar los resultados de la aplicación de irradiación y alta presión sobre hamburguesas, que son un producto muy cuestionado internacionalmente. Recién se está haciendo la validación de las técnicas”, explicó a El País Gabriel Costa, médico veterinario que conforma el cuerpo técnico de la Dirección de Mercado Interno del INAC.
La primera etapa incluye un diagnóstico de cómo está parado Uruguay desde el punto de vista microbiológico.
En una fase posterior, “se esterilizarán las hamburguesas y se les inocularán las bacterias E Coli para luego aplicarle distintas dosis de irradiación, buscando determinar cuáles son las más efectivas”, explicó el experto de INAC a El País.
Se trabajará con las seis cepas de E.Coli más comunes que son las que controla Estados Unidos y otros importadores de carne uruguaya.
El proyecto está diseñado para desarrollarse en un plazo de dos años, pero la afinación de técnicas demandará un largo tiempo, para luego pasar a los distintos tratamientos y determinar su grado de éxito.
Luego, la experiencia se buscará llevarlo a tierra a nivel industrial. En el caso del uso de la técnica de alta presión para controlar bacterias es más complicado porque todavía no hay una tecnología diseñada para producción en línea y eso complica su uso a nivel industrial.
La irradiación, si bien es bastante nueva para Uruguay, ya se aplica en otros países.

Fuente: El Pais

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