Cítricos, caquis, albaricoques, hortalizas o ganadería vacuna… Hablar del sector agrario y ramadero valenciano suele relacionarse siempre con estos grandes subsectores, pero existen otros que, no por ser más pequeños, son menos importantes, ya que todos los componentes de la cadena tienen su función. Las abejas no solamente producen miel, una práctica que reúne en la Comunitat Valenciana 420.000 colmenas, sino que además estos insectos realizan una importante tarea, la de polinizar.
Pero la presencia de estos insectos es cada vez más reducida, debido principalmente a cuatro productos que se utilizan para el recubrimiento de semillas y que contienen neocotinoides, un componente que afecta al sistema nervioso de los insectos.
En el caso de las abejas, «el animal va a la flor, pero ya no sabe volver», explica el responsable de apicultura de La Unió de Llauradors, Carlos Muñoz. De esta forma, las colmenas están cada vez más vacías y desciende continuamente la población apícola.
El sector ha reclamado ya a la Unión Europea que prohíba estos productos y, por ahora, se ha logrado una moratoria en su uso de cuatro o cinco año. No obstante, las multinacionales productoras de estos componentes no tardaron en imponer un recurso contra esta moratoria, que está todavía por resolver.
Por el momento, y mientras se resuelve, la mortandad de las abejas en la Comunitat Valenciana se sitúa ya entre el 30 y el 45 por ciento, mientras que el índice natural es de entre el cinco y el diez por ciento. Además, estos componentes debilitan a la población que no muere.
«Las que sí vuelven a la colmena, lo hacen muy débiles», dice Múñoz. Así, estos insectos son carne de cañón para las enfermedades. En las abejas, la plaga más habitual en la región valenciana es la «barroa», un ácaro que lleva ya más de 20 años en España y que ataca a las larvas dentro del planal. Cuando el apicultor se da cuenta es ya demasiado tarde.
ABEJAS MAL ALIMENTADAS
Componentes químicos, enfermades… Pero hay más factores que influyen en la caída de la población de abejas. Muñoz explica que en la Comunitat Valenciana existe muy poca variedad de cultivos, por lo que las abejas tienen pocas proteínas a las que recurrir. Es como si un ser humano comiera solo un tipo de alimento.
Así, los productores ven las colmenas llenas de polen, pero se trata de un polen sin proteínas porque las abejas no están bien alimentadas.
Las condiciones climáticas extrañas a las que se ha visto sometida la Comunitat últimamente también afectan a las condiciones de vida de estos insectos y de la miel que producen.
Por ejemplo, el año pasado no hubo floración de romero por el clima, por lo que no hubo miel de romero. Lo mismo sucedió con la de azahar. En la época de floración de esta planta que crece en los naranjas, hizo mucho poniente, por lo que la flor se secó y las abejas no pudieron producir miel de azahar.
Además, el hecho de que esté prohibido dejar las colmenas cerca de estos cultivos cítricos tampoco facilita su polinización.
PROBLEMAS DEL SECTOR
- Las colmenas están cada vez más vacías ya que las abejas van a la flor pero luego no pueden regresar.
- La UE ha establecido por ahora una moratoria en el uso de estos productos, pero las multinacionales ya la han recurrido.4 La mortandad de las abejas en la Comunitat se sitúa ya entre el 30 y el 45 por ciento. La tasa normal es de entre el cinco y el diez por ciento.
- Las abejas quedan debilitadas por los neocotinoides y son carne de cañón para las enfermedades.
- En Valencia la plaga más habitual es la «barroa», una enfermedades que atacas a las larvas.
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