AGRO 2.0

AGRO 2.0 En ganaderia tenemos que afinar la puntería en todos los frentes

Desde el servicio en la cría hasta el silo en el engorde, consejos para mejorar el rodeo y su productividad.
En el proces de intensificación ganadera, los detalles de manejo pueden marcar la diferencia a la hora de contabilizar los kilos de carne ganados. De esta manera, muchas variables vinculadas al estado corporal, manejo eficiente de pasturas y terminación a corral en cría y recría adquieren una relevancia especial.
Estas cuestiones fueron analizadas en el marco de una jornada organizada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) en la localidad bonaerense de Tandil, durante la cual surgieron interesantes conceptos para tener en cuenta a la hora de buscar la máxima eficiencia en los rodeos.
Sebastián Maresca, del INTA Cuenca del Salado, recordó que existe una estrecha relación entre el estado corporal y el porcentaje de preñez, que explica un alto porcentaje de pérdidas entre servicio y tacto. El profesional presentó un trabajo que relevó 470 rodeos de esa importante región ganadera, y estableció que entre el 20% y 60% de las vacas llegan a servicio con un estado corporal de 2,5. “Hay que anticiparse al problema mediante un monitoreo constante del estado corporal”, afirmó. Maresca también destacó la importancia de las pautas de manejo que permitan reiniciar la actividad sexual en vacas con bajo estado corporal posparto, como los tratamientos hormonales y el destete precoz.
El manejo de la base forrajera también es fundamental al momento de pensar en rodeos ganaderos de alta producción. Mónica Agnusdei, del INTA Balcarce, advirtió que se percibe una baja tendencia al uso de pasturas basadas en cultivos perennes, en un contexto de “anualización” de los recursos forrajeros.
En el marco de las buenas prácticas de manejo en pasturas perennes propuestas por la técnica, uno de los conceptos más interesantes estuvo vinculado al momento de implantación. La ventana óptima de siembra debe ser definida en base a la acumulación de temperatura de la planta, conocida como “suma térmica”.
De acuerdo a las características climáticas de cada ambiente, se define un período de siembra que permita llegar a una buena situación sobre el comienzo del otoño. La profesional trasladó esta situación al sudeste bonaerense, y estimó que en el caso de agropiro y festuca, las mejores fechas de siembra son las tempranas, en los primeros días de marzo.
El asesor privado Sebastián Riffel aportó otra perspectiva y explicó que los esquemas basados en pasturas presentan como factor limitante el aprovechamiento de forraje. Como contrapartida, aquellos planteos más intensivos, sobre todo en aquellos de recría y terminación a corral con silo, se maximiza la utilización del forraje, con elevadas producciones de carne.
Como ejemplo, Riffel estimó que mientras una hectárea de pasturas permite sostener una carga de 2,5 a 3 novillos por hectárea, una hectárea de silaje soporta hasta 15 novillos por hectárea. “Son sistemas más predecibles y que permiten una mejor integración con la agricultura”, destacó.
La comercialización también fue otro de los aspectos abordados en el encuentro, y en esta instancia el presidente del IPCVA, Gonzalo Alvarez Maldonado, afirmó que la apertura de los mercados en el exterior “no perjudicaría la oferta del mercado interno, y contribuirá a mejorar la oferta de carne”.

Fuente: Clarin

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